The best Side of poder de la palabra
The best Side of poder de la palabra
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Además, nuestras palabras tienen el poder de dar vida o de robarla. En Proverbios 13:three se nos dice: «El que guarda su boca, guarda su vida; pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre».
Muhammad Ali fue uno de los mejores boxeadores de la historia. Pero antes de que recibiera su aclamación, antes de que su nombre y su rostro se conocieran en todo el mundo, era solo otro boxeador que luchaba por entrar en la gloria. Ali antes de llegar a la fama sus tres palabras eran: SOY EL MEJOR.
Como seguidores de Jesús, debemos esforzarnos por imitar su ejemplo y usar nuestras palabras para bendecir, alentar y edificar a los demás. Debemos ser conscientes del poder que nuestras palabras tienen y usarlo de manera sabia y compasiva.
Es importante recordar que nuestras palabras no solo tienen un impacto en los demás, sino también en nosotros mismos. Las palabras negativas que pronunciamos pueden contaminar nuestra mente y afectar nuestra percepción de la realidad.
La Biblia nos insta a utilizar nuestras palabras para edificar y beneficiar a los demás. En Efesios 4:29, se nos dice que nuestras palabras deben ser «útiles para la edificación según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que oyen».
Estas palabras nos desafían a reflexionar sobre la importancia de nuestras palabras y cómo pueden afectar tanto a nosotros mismos como a los demás.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre el poder de la Palabra.
De hecho, hemos sido capaces de crear website algunas de las palabras más bonitas del mundo para hablar de aquello que nos agrada: belleza, amistad, solidaridad o los encantos que nos rodean.
Vamos a ver cómo se puede utilizar el poder de la palabra para que se ponga de nuestro lado, para hacer daño o simplemente conseguir algo de nuestro interlocutor, aunque sea hacerle feliz.
Recordemos siempre la importancia de buscar en la Palabra de Dios la guía y dirección para nuestras palabras y de someterlas al control del Espíritu Santo. Que nuestras palabras sean siempre una fuente de vida, edificación y sanidad para nosotros y para aquellos que nos rodean.
En Efesios four:29, se nos exhorta a que nuestras palabras sean «buenas para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes». Esto significa que debemos elegir nuestras palabras con sabiduría y utilizarlas para construir y fortalecer a los demás.
La Biblia nos enseña que las palabras de Dios tienen poder para transformar. Hebreos 4:12 nos dice: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». Las palabras de Dios son vivas y activas, y pueden penetrar hasta lo más profundo de nuestro ser.
Nuestras palabras no solo tienen un impacto en nuestras relaciones con los demás, sino también en nuestra relación con Dios. La forma en que hablamos puede ser un testimonio de nuestra fe y de nuestra relación con Dios.
Esto significa que debemos utilizar nuestras palabras para construir y fortalecer a los demás, para brindar consuelo y aliento en los momentos de dificultad.